Mi experiencia en Hammam Al Ándalus

Cuando se trata de pasar un rato agradable, de parar las revoluciones a las que nos lleva la vida moderna, nada como una buena sesión de hamman, spa, talaso o balneario. Es una de mis actividades favoritas cuando necesito parar y me encanta hacerlo al principio de un fin de semana largo ya que ayuda a activar mi sistema parasimpático, a conectar con mi cuerpo, con el descanso e incluso a dormir mejor, y por supuesto en esta época de cambio de estación. Es una de esas cosas que aprendí de mis abuelos, que siempre que podían, hacían una escapadita y volvian hablando maravillas de su experiencia.

En este post os hablaré de mi experiencia en el Hamman Al-Ándalus en Málaga, ya que vamos con bastante frecuencia y creo que os va a encantar.

Cuando llegamos a la puerta principal, el interiorismo tiene ambientación árabe que da una sensación de calidez con materiales naturales como la madera y algunas velas que te invitan a entrar. Para bajar al vestuario de mujeres, hay una escalera donde peldaño a peldaño podemos apreciar que la luz se va haciendo más tenue y en mi caso sentí que era como entrar en otra dimensión: silencio junto a una música suave, velas y una decoración que te minimalista y cálida que.

A continuación, paso al vestuario femenino con un ambiente en tonos terracota muy cálido donde nos ponemos el traje de baño y guardamos todo en la taquilla, ya que accedemos descalzos al Hamman. El ir descalza era una experiencia nueva para mi, ya que no suele ser así en la mayoría de spas, y fue muy agradable, ya que me ayudó a conectar con mi cuerpo y a entrar en un estado de relajación.

Una vez salgo por la puerta,del vestuario, nos espera una persona que nos recibe y nos da una toalla de algodón ligero que hemos de llevar durante todo el recorrido. A partir de aquí nos indican cuál es el camino, el ritual y subimos unas escaleras, todo en silencio y con un entorno muy cálido y agradable. Nada más llegar al piso superior pasamos a una zona de duchas donde nos duchamos antes de entrar en las piscinas.

Al subir las escaleras nos encontramos con una piscina central de agua templada, que es la más iluminada del Hamman, en la que podemos relajarnos en un baño muy agradable y a ambos lados del vestíbulo están dos pequeñas piscinas de agua fría, ideales para hacer los cambios agua fría/ caliente que nos aportan tantos beneficios para la salud. He de reconocer que aún aguanto poco tiempo en el agua fría, Mr. secrets es mucho mejor que yo en esto, aún voy poco a poco, aunque sí lo suficiente para notar los fantásticos beneficios de esta práctica.

Después de un rato en esta zona, pasamos a otra zona en el mismo piso donde está una piscina más caliente y con una iluminación más oscura, que os diré que es mi favorita. Adoro entrar ahí con esa luz tan tenue, esas columnatas árabes y esa música divina, me hace pensar en el placer que debió ser estar en el vientre materno, y siento una relajación y una sensación de “estar en casa” maravillosa. En un espacio contiguo a esta piscina está el baño turco o sauna de vapor y al otro lado están unas camas calientes, unas piedras de gran tamaño donde tumbarse. Os diré que me encanta esa sensación de calor en mi espalda, lo disfruto mucho. Cuando pasa un rato, vienen a llamarte para que pases a la zona de masaje. Para ello hay que subir unas escaleras y tenemos unos minutos para tomarnos un té árabe en una zona con asientos bajos. Si queréis el té sin azúcar como es mi caso, hay que pedirlo, y te lo traen enseguida.

Al lado de la zona de té están los 4 aromas que el spá ofrece para escoger en el masaje, mi favorito es el ámbar rojo. A continuación comienza el masaje. El estándard tiene una duración de 15 minutos, aunque si podemos cogemos el de 30. Os aviso que si queréis el de 30 minutos, hay que llamar con bastante antelación ya que es el más solicitado.

Os describo el ritual de media hora que incluye lo que ellos llaman “limpieza”. El masajista viene a buscarnos y nos lleva a una cama de piedra y me preguntaron si quería el masaje solo de espaldas, de piernas o de ambos. Yo escogí de ambos.

Cuando ví por primera vez la cama de piedra pensé que me dolería la espalda, pero nada más lejos de la realidad, resultó ser comodísima. Primero, nos ponemos boca arriba y nos echan agua templada por todo el cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, después nos llenan de espuma y nos lavan todo el cuerpo con un guante exfoliante. La sensación de limpieza es muy agradable, también la temperatura, lo que sí os diré es que la exfoliación física es un pelín más agresiva de lo que yo suelo hacer en casa, en cualquier caso la experiencia fue agradable. Después nos aclaran toda la espuma y empieza el masaje que he de decir me encantó. Es cierto que depende mucho el terapeuta que te toque ese día, hay algunos que trabajan de manera más intensa y otros más suave, esta vez me tocó una masajista que usó la intensidad más adecuada para mí. Cuando termina el masaje de la parte superior nos damos la vuelta y empieza el masaje de espalda y piernas por la parte de atrás, la verdad maravilloso.

Tras el masaje, nos quedamos un rato en la zona de té, auque esto es opcional. En el mismo piso donde se realizan los masajes también tenemos otras piscinas bajas para pasar el rato, aunque nos gusta más la del piso principal y solemos volver allí un rato tras el masaje y los últimos minutos me gustar disfrutar de las piedras calientes.

En conclución, me encantan los tartamientos de Hamman, es un lugar al que vamos con bastante frecuencia ya que es una manera de cuidarnos y de potenciar nuetsro nivel de bienestar en cualquier época del año. Espero que os haya resultado útil y hasta el próximo post.

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