El no saber qué colores nos favorecen es uno de los motivos por los cuáles podemos tener el armario lleno y no tener nada que ponernos. Un color inadecuado para nosotros, puede hacer que nuestro rostro parezca más amarillento o grisáceo, que nuestras ojeras parezcan mas grandes y oscuras e incluso darnos una sensación de estar enfermos.
Esto ocurre porque el color que nos ponemos se “mezcla” visualmente con el color de nuestro rostro y si no están en armonía se generan mezclas poco favorecedoras.
Por otro lado el proceso tradicional para conocer qué colores nos favorecen es muy complejo, farragoso y en muchos casos la persona se queda sin tener claro los matices de los colores que más les favorecen. El color de las venas, los ojos o el pelo puede resultar muy tramposo de descubrir y además existen demasiadas excepciones, por eso esta semana os enseño un método simplificado que es muy fácil y sólo requiere de un ligero entrenamiento.
Espero que os guste y os resulte útil